sábado, 19 de febrero de 2011

Media hora más contigo

                                                                                                                           "Get it over"
                                                                                                                                (Patsy Cline)

Dirección: DONNA DEITCH
Intérpretes: HELEN SHAVER como VIVIAN BELL
                    PATRICIA CHARBONNEAU como CAY RIVVERS

CAY
Tras esa calma, que es pasaje de canción dormida,
sientes que el más feliz de los azares
ha estampado su voz sobre tu frente.
                                                                ¡Y eres tan dulce!
Ridícula en la austera sensatez de aquellas aulas,
puedes llorar, se entiende crispación en el desorden
reglado de tu pelo, he visto cómo desnudabas la sonrisa
y una espiga de susurros se ha posado en mis pechos,
igual que boca cansada.

VIVIAN
Quise saber en esa tarde primera qué resorte dorado
convertía tus ojos en torrente, dónde hallabas la luz
para esa risa gozosa de aventura. Viniste a mí
cuando sondaba un paso de alquitrán pulido
y nada conocía mi mano, sólo atrapada
como un cachorro herido en lo más hondo.
¡quién eres tú, como te acercas a arar la tierra yerma
con caracola de roces sobre el vientre, cómo perfumas mi cara
hasta lograr la membrana de sueños que se extiende por dentro,
que me rodea, enquistada en esta fortaleza de ausencia
y poco a poco disuelve, la horada como una lluvia
mansa de lágrimas para que nada escape a su sed.

CAY
Yo soy el brillo que habita lo que fueran ojos, soy
tu cintura, soy una rápida colonia de signos
en la mano que ofrezco, soy osmación vigorosa
dispuesta a sacudir las virtudes que atenazan tu rostro
y ser tu voz, hablando con palabras recias del deseo.

VIVIAN
ayer te conocí. A la planicie exquisita del abrazo vinieron
bocanadas de duda, vendavales como un miedo
presentido de lejos, rumoroso, agazapado
para dar dentelladas a estos miembros que siempre
buscan calor, que te anhelaban si ver,
que están rendidos al largo despertar de este verano.
¿Cómo podría olvidar los ojos que nos marcan?
¿qué atrevimiento dará razón mundana de estas horas?
A veces quisiera que la noche no alzase sus ropajes
y vivir enquistada en el olvido, sabiendo que el placer
es interno y la luz que esta intrusa realidad ha devorado
persiste dentro de ti.

CAY
Yo ya no escucho sino tus sonido, tengo tus ojos guardados
en un recipiente de memoria, todo perfume
que alguna vez cedió este cuerpo, tu lengua inquieta conozco
y me gusta contemplar la marea de señales tibias
marcadas sobre el cuello. Tan sólo...

VIVIAN
¿...?

CAY
...Sólo quisiera enviar al pasado gestos y ademanes secretos,
quisiera transparencia, cuerpo abierto al mundo, de donde
sólo te apartasen mis labios, y yo en los tuyos ser ciego acuerdo,
nublación de vivir, pradera iluminada para todos.

VIVIAN
No apartes aún tus manos de mí; frota con cantos mi espalda
hasta olvidar el viento que amenaza afuera, ríe sin pausa;
que tu limpia forma desvanezca miradas, acechantes ofertas,
miembros desgarradores.
                                              Yo no querría hablar de entonces,
pero ha habido cóleras y bocas mudas, ha habido hombres
que se hundían con tesón y arraigaron enmí durante años,
he admitido un vínculo de acero alrededor que deshago estos dñías
y nunca pensé que fueran sombra mis libros, que el sentido
estuviese en diferente lugar de toda regla, quizás
bajo las letras de una canción, en paseos castos
que preludian la lluvia, en besos como un estigma sabio y privado.
Cúbreme; que nadie vea este afán, lava mis manchas con
zumos escogidos, dame el jarabe espeso de tu boca
y yo sabré encontrar el disfraz que más engañe y las manos
que defiendan mejor nuestros abrazos.

CAY
Yo hablo de la luz y tú piensas en la noche,
yo escupo en derredor y tú acoges el miedo,
yo comparo el mndo a una ruleta y tú excavas
un pozo de presiones, donde nadie respire.
¿Qué más pretendes, amor? ¿A qué retirada ascesis
diriges tu vista escasa? Dime el tiempo que nos falta para ser
como ya somos, como siempre mostrárá tu gesto y gritará
la niebla de tus ojos; dime el modo en que he de andar,
cómo prefieren que ría, qué mejilla debo acariciar primero;
cuando desee sentir, en quién encuentro el momento seductor,
cómo responderán mis manos con gesto ortodoxo...

VIVIAN
No sé, yo no sé nada, yo... no quiero que esto sea
motivo de ruio. Estoy pisando tierras extrañas, a veces
me embarranco en otros caminos, giran sin rumbo tus estrellas
y no entiendo cómo seguir tan llena de pasiones,
tan plagada del fango dulce que me arrojas.
No encuentro senda; por eso quiero comprender
el cruel vocabulario que impones como un gorjeo de alpiste,
en ensayos desnudos y en precario despiece de minucias.
¿Cómo he de ser natural? Aún necesito plazos más largos,
dosis de ti para asumir la carga de lo externo. Deja que todavía
beba tu cuerpo hasta que el aire no fluyam hasta que sea la lua, cobíjame

CAY
Vas a amarme con uñas y golpes, vas a mostrar
tu sonrisa más pulcra a los hombres, vas a girar
en el lodo como si nadie supiese la verdad, vas
a gritar con voz clara lo que el mundo sospecha
y abrirás tus entrañas y luego dirás: "Esto es un bosque
talado por mi amada; nada se esconde en él".

Todo eso harás por mí. Pronto caerán tus paredes al vacío,
perderás la concha de las gafas, deshará speinados,
romperás convenciones sin palabra que han apartado lo bello de tu cara.
Pero ahor duerme. Mañana, tu marcha me henchirá de hojas turbias
y sabré lo que es hallar las rendijas del silencio,
el recuerdo de tu brisa en la boca crispada.

VIVIAN
¿No habrá más Gladys ornándote las sábanas?
¿No cederás al ruego penoso de otra Frances?
Sabes que tengo un bronce obsesivo tras la frente y no hallaré paz
hasta que encuentre tu vista en el marco de mis ojos
y sienta tu vello espeso entre mi mano.

CAY
¿Cuándo vendrás?

VIVIAN
En Navidades, quizá. Puede que antes.
                                                                     Acompáñame allí.

CAY
Yo no sabría qué hacer entre tu gente; mi vida es Reno
y la idiota situación a esta cerámica, pero te consta
que estoy prendida a ti con ligaduras de piedra y en mi piel
se recoge polvo de ausencia. Esperaré como si fuera
la única acción posible y no habrá daño en tu voz cuando regreses.

VIVIAN
Todos verán que en el centro de mí algo ha variado.
Supondrán un nuevo amor, alivio por esta libertad
recién ganada; murmurarán los alumnos, oiré risitas
al fondo de la mente, alguno enseñará sus rancios encantos
escolares, pero sólo tendré apariencia, recordando abstraída
mis seis semanas de ti, esperando con dicha el reencuentro.

CAY
Ven. Sube a este tren de noche y haz que broten trompetas de mi vientre;
condensemos el tiempo en un instante infinito; que el amanecer
se acerque en términos de estatua y la vida no sea más que
simple media hora entre estaciones, letanía de roces,
treinta medidas para disfrutar en la lucha gustosa de los cuerpos.
                                             ¡Ven!

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